"Quien solo desea demostrar que tiene razón, termina equivocándose"
Paulo Coelho
En mas de una ocasión nos hemos visto involucrados o hemos sido testigos de discusiones acaloradas y hasta violentas, porque cada una de las partes quiere para sí el trofeo de TENER LA RAZON.
Tener la razón, por supuesto ha salvado a más de uno en muchas batallas. Sin embargo se ha convertido en una obsesión. Es como si fuésemos a desaparecer o si de repente nos pudiera llegar a ocurrir algo terrible con el hecho de no tener la razón o darle la razón a otros. Nos invade un sentimiento de ira y resentimiento si no tenemos la razón que a veces lleva a sentimientos de venganza, reproches y descalificación hacia aquél que ha tenido la razón.
Y es ahí justamente donde hay que dar una mirada profunda y revisar nuestros verdaderos motivos. ¿Lo que nos mueve a desear tener la razón es el bienestar común, el apoyo mutuo, la generación de ideas exitosas para que todos podamos salir adelante y crecer ?, o lo que nos mueve a desear tener la razón es un interés puramente personal de prestigio y superioridad hacia los demás.
La necesidad de tener la razón en algunas ocasiones va mucho más allá de querer aportar o de querer mejorar alguna circunstancia. Puede llevar escondido el deseo implícito de culpar. Decir "tu estas equivocado" "Yo tengo razón". Con que fin ? ¿Reforzar una autoestima baja, sentir que por un momento se está por encima de unos pocos y deleitarse con figurar entre la multitud. Sentirse superior ante una audiencia o ante un grupo, creer que se ha encontrado la manera de justificar una queja sobre algo o alguien, pensar que las soluciones se encuentran enfatizando que los demás están equivocados?.
No pocas veces hemos escuchado esa famosa de frase de "Te lo dije, yo tenía razón" ante la que hemos caído cabizbajos sintiéndonos absolutamente infelices pero observando un gesto de superioridad y de cierta satisfacción en aquel que la pronuncia.
Y qué si tenía la razón? Tener la razón es relativo. Al fin y al cabo es sólo lo que se puede ver desde un pequeño punto de vista. Es aquello que se asume como verdad de acuerdo a la información que se tiene, de acuerdo al lugar en el que se vive, a la gente que conoces, y de acuerdo a mil variables mas. Tener la razón es sólo una opinión.
La gente habla de tener la razón como si sólo hubiese una sola manera de actuar.- La de los que tienen la razón por supuesto -. Pero también a la razón se le escapan muchas razones. Muchos han dicho que prefieren ser felices a tener la razón. Tratar de pillar los errores de los demás para mostrarles que tenemos la razón, nos separa del mundo y nos aísla dejándonos sin la hermosa oportunidad de entablar relaciones de amistad o de cualquier tipo.
Comprender que también puedo equivocarme, que el error hace parte de la vida, que del error se aprende, deja sin piso muchos argumentos de tener la razón. Estar equivocado, pensar diferente, no estar de acuerdo, es perfectamente lícito. Por otro lado, no siempre puedo tener la razón porque no tengo toda la información al cien por ciento. Desconozco todo aquello que pasa en los demás, en su mente y en su corazón y habrá muchos detalles que se escaparán, por lo que muy probablemente no tendré la razón siempre.
En el silencio de nuestro corazón, hemos de buscar el por qué de querer tener la razón obstinadamente. Allí, en la paz que nos une con nuestro Poder Superior, hemos de buscar el secreto motivo por el cual sólo lo nuestro debe valer y nuestras ideas deben primar. Ese amoroso Dios nos ha de recibir los temores y vacíos que tratamos de llenar con tener la razón, para que El transforme nuestra mente y nuestra vida, haciéndola más tranquila y dispuesta a abrazar a los demás.
Que la serenidad y la paz, te acompañen a lo largo de camino, siempre
ANNY L.
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