Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Necesitamos reconocer, en un nivel profundo, que tener características negativas no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características positivas. La presencia de características negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.
Deepak Chopra - El libro de los secretos
En el trabajo personal de un Programa de Doce Pasos, el Cuarto, Sexto y Séptimo Pasos ponen en evidencia nuestros defectos de carácter o nuestras "imperfecciones" y nuestra clara disposición a permitir que el Dios de nuestro entendimiento los elimine y nos libre de ellos.
Sin embargo, en este proceso a veces somos muy implacables con los demás, y en ellos identificamos fácil y rápidamente sus defectos, pero somos muy condescendientes con nosotros mismos y no saltan a la vista o no se notan claramente algunos defectos de nuestro carácter. Es allí donde necesitamos nuestros espejos. Necesitamos las relaciones con los demás para que reflejen aquello de mí, que me resisto a aceptar o no he podido identificar.
Así como sólo puedo identificar fácilmente en fotografías un lugar que conozco y que no podría hacerlo de algún sitio desconocido, sólo podré reconocer en los demás aquellos defectos que son míos y que se me hacen muy familiares pero que no quiero aceptar en mí. También me muestran, aquellas partes positivas y cualidades que he decidido inconscientemente esconder.
Después de avanzar en el proceso de recuperación, muchos de nuestros defectos ya no nos acompañan tan frecuentemente. Sin embargo, todavía hay personas que nos proyectan esos defectos y es cuando nos preguntamos cómo es posible todavía estar sintiéndonos incómodos con algo que creíamos superado. Es muy probable que aunque ya lo hayamos trabajado y de alguna manera resuelto, no hemos ACEPTADO que hace parte de nosotros y que aunque ya no nos cause el sufrimiento que sentimos en el pasado, aún es parte de nosotros, ahora en menor escala.
Es muy común sentirnos culpables por tener defectos de carácter y desarrollar una resistencia a verlos. Por eso aquellas personas que nos caen mal, que muchas veces tildamos de nuestros "enemigos", aquellos que nos quitan la serenidad y la paz y que son presa fácil de nuestros juicios por sus comportamientos y actitudes, son nuestros grandes maestros, nuestros espejos. Son el medio para que yo pueda ver aquello que necesito completar en mí. Nada existe sin su opuesto y no podemos ser generosos sin conocer la avaricia, no podemos ser amables sin conocer la intolerancia, y los demás sólo nos muestran la parte de nosotros que no queremos admitir en nuestros comportamientos y actitudes.
De tal manera, la culpa se diluye cuando acepto que aquello que veo afuera, está en mi interior y que ahora tengo el poder para cambiarlo si así lo deseo. La verdadera disposición nace de una elección libre y voluntaria de entregar nuestros defectos de carácter al Dios de nuestro entendimiento. No se puede obligar ni presionar a nadie a estar dispuesto, ni siquiera bajo el argumento de estar muchos años en un programa de autoayuda. Es algo que debe hacer cada uno, porque para muchos, entregar sus defectos de carácter es como entregar sus zapatos viejos que tanta comodidad y placer le han brindado.
Cuando acepto que lo que veo en ti es mi defecto, la relación con esa persona cambia. La compasión y la comprensión se hacen presentes en el corazón y la resistencia cede. Ya no veo al otro como mi "enemigo". Ahora somos compañeros de camino. Es como yo. O soy como él. Sufre como yo o sufro como él. Siente como yo o yo siento como él. Y ahora puedo comprenderlo. Cada uno elegirá su sendero y su forma de enfrentar sus defectos de carácter, pero el sentimiento que llega es la paz. Veo al otro como mi igual y ya no hay necesidad de competir o de luchar por ser perfectos.
Hacer conciencia de mis defectos a través de los demás, aceptarlos como míos, perdonarme por ellos, no sentirme culpable sino abrir mi mente a encontrar la ayuda de un Poder Superior, comprender que no soy "mal@" por tener defectos sino que estoy en un proceso de reconocer que soy un Ser completo, me dará la fuerza para cambiar, para disponerme a llevar unas relaciones con los demás más hacia el amor y la comprensión y al reconocimiento final de que TODOS somos parte de un Universo mas grande.
Que la serenidad y la paz te acompañen a lo largo del camino, siempre.
Anny L
No hay comentarios.:
Publicar un comentario