jueves, 15 de mayo de 2014

Reuniones, Literatura y Madrina



Uno de los tres pilares para hacer un proceso de recuperación por contagio familiar de alcoholismo es asistir regularmente a las reuniones del grupo. Específicamente Los grupos de Familia Al.Anon, para familiares y amigos de alcohólicos, ofrecen reuniones en diferentes sitios de las ciudades en variados horarios para que se facilite la asistencia regular a ellas. Lo ideal es ubicar un lugar lo mas cercano a la casa o al trabajo para poder ir el mayor número de veces. Aunque es de elección libre y voluntaria, es recomendable que se asista unas 3 o 4 veces por semana, por lo menos al comienzo, para que se pueda ir comprendiendo poco a poco cómo funciona el programa y se vaya familiarizando con las modalidades de los grupos. Al-Anon es una hermandad mundial al igual que Alcohólicos Anónimos que está en mas de 110 paises por lo que se puede averiguar en cada país las ciudades y sitios que cuentan con presencia de grupos.

El temor a que se repita lo que decimos en las reuniones es una razón frecuente que se argumenta para no ir a ellas. Sin embargo, todos los miembros están cubiertos por el anonimato. Lo que quiere decir que lo que se dice en las reuniones se queda allí, que no se habla afuera de las personas que asisten ni de lo que dicen, que usamos solamente nuestro nombre y la inicial del apellido, no nos presentamos por parentesco, ni cargo, ni profesión, ni por relación con alguien en particular. Unicamente nos presentamos con nuestro nombre.

Como es una hermandad espiritual no religiosa, pueden asistir personas que pertenezcan a todos los credos religiosos y filosofías de vida.

Nadie en particular dirige los grupos. Se hace entre todos los miembros quienes son servidores no gobernantes. Las decisiones de los grupos se toman entre los miembros que asisten regularmente a las reuniones, entre las que están costos de sostenimiento, temas que se tratarán en el mes, personas que coordinarán la reunión entre otros.

La hermandad se sostiene económicamente únicamente con los aportes voluntarios de los miembros, por lo que en cada reunión se pasará una canasta en donde cada uno hará su aporte. Esto cubrirá los gastos de literatura del grupo, arriendo del local, cafetería y poder contribuir con el sostenimiento de los centros de servicio local y mundial.

Cada persona cuenta con un tiempo para hablar, que no se interrumpe, ni se debate, ni se discute, ni es tema de controversia.  Para muchos esta es la primera vez que se puede expresar libremente y decir todo aquello que lo ha estado agobiando y que le ha llevado hasta allí. Las primeras reuniones servirán de alivio para que poco a poco vaya expresando sentimientos y pensamientos frente al contagio familiar. Sin embargo, a medida que asista a las reuniones y comience a practicar los principios se dará cuenta que ese tiempo es mas provechoso para él y para el grupo, si comparte los resultados que va obteniendo a medida que pone en práctica los principios espirituales, los lemas y demás herramientas. Eso es lo que se llama compartir experiencia.

La comunicación en una familia disfuncional por alcoholismo tiene grandes vacíos por lo que no es efectiva. El arte de saber escuchar se empieza a aprender en cada una de las reuniones al mantener silencio mientras los demás hablan. Esta práctica pronto hará que también en la familia empiece a escuchar lo que los demás tienen que decir sin interrumpirlos y no generar discusiones que muchas veces terminan en agresión. Este aprender es otra de las riquezas de las reuniones.

Como las reuniones tienen un horario, aprendo o refuerzo la puntualidad. Se empiezan en punto y por lo general terminan en punto. Eso facilita la programación de tiempos para poder asistir sin temor a retrasos o a que se alarguen mas de la cuenta.

No se llama a lista, ni se evalúan, ni se ponen fallas por la no asistencia.  Ir regularmente a las reuniones es una decisión que se  toma en libertad para beneficio propio. No habrá nadie que se moleste ni llame la atención si va o no.  Cada uno de acuerdo a su compromiso personal, lo hará en la forma y veces que considere bien para él.



El segundo pilar es la literatura.  Esto dependerá del grupo al que desee asistir. En cada grupo se tiene la literatura de base que sirve para que en cualquier momento que necesite ayuda, pueda encontrar alivio en las páginas de un libro mientras encuentra una reunión o hable con alguno de los miembros.

En los libros encontrará lecturas diarias, un mensaje para cada día del año que lo llenará de paz y serenidad y le dará luz en su cotidianidad.  Encontrará Los Doce Pasos y su aplicación al igual que los principios espirituales que se llaman Tradiciones. También podrá leer las narraciones de los miles de personas que han podido lograr una mejor calidad de vida practicando alguno de los programas de Doce Pasos. Muchos profesionales también han compartido sus experiencias en los libros. Es el caso de la Dra. Claudia Black, que habla sobre el perfil del Hijo Adulto en el libro de Al-Anon, "Al-ANON se enfrenta al Alcoholismo".

Los libros se convierten en el permanente compañero que sin importar la hora ni la circunstancia, siempre está disponible. Los libros nos dan la información de primera mano. Está en forma clara y precisa y tiene todos los temas de interés.  Hay libros con temas específicos, como duelos, matrimonio, relaciones, hijos, padres, etc.  Será cuestión de buscar uno que se ajuste a cada necesidad y lo mantenga a su lado. Verá cómo la lectura se va convirtiendo poco a poco en su actividad favorita.


El tercer pilar es la madrina o el padrino de programa.  En el programa que haya elegido, puede escoger una persona que ya tenga un tiempo de práctica en él, que le agrade y que inspire la suficiente confianza como para pedirle que sea su padrino o madrina.  Es recomendable que si se es mujer se busque una madrina y si se es hombre se busque un padrino. Eso facilitará muchas veces las relaciones con el cónyuge y evitará que se caiga en enredos sentimentales que llevarán al fracaso el proceso. Sin embargo esto es una mera sugerencia. Si no decide hacerlo de esta manera podrá encontrar un padrino de sexo opuesto que también le colaborará en el proceso de recuperación.

El padrino o madrina es una persona que también está llevando a cabo el programa de Doce Pasos y que también tiene que ir resolviendo poco a poco las dificultades de su vida. Por lo que no es el que le solucionará la vida al ahijado o ahijada ni le dará consejos sobre lo que hará o dejará de hacer.  Es una persona que le ayudará a su ahijado a poner a la luz de los principios espirituales del programa, todas las situaciones que éste le consulte.

El padrino comparte un tiempo mas largo con su ahijado y su labor principal es de escuchar. Orientará a su ahijado en la aplicación de los Doce Pasos, las Doce Tradiciones y los Doce Conceptos según el caso y le resolverá las dudas que tenga sobre el programa. Con el tiempo es muy posible que entablen una relación amistosa y de profunda confianza.

Con estas tres herramientas, el proceso de recuperación irá avanzado de una manera firme y sólida, lo que permitirá obtener resultados en muy corto tiempo.  Sin embargo si alguna de estas falta, también se aprenderá y se podrán ir solucionando algunos asuntos aunque en forma más lenta. De las tres, las reuniones son vitales para el programa. Hablar con otros que también están en la misma situación alivia y ayuda a salir del aislamiento. Saber que hay otros que me pueden comprender me da serenidad. Ver que otros han podido vivir de una mejor manera, es un aliento para continuar.



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