martes, 17 de mayo de 2016

Décimo Concepto. DOBLE DIRECCION






Los Conceptos, son Principios Espirituales que hacen parte de los Legados de los Programas de Doce Pasos y ayudan en las relaciones de trabajo en las estructuras de servicio. Como parte de un proceso de recuperación personal, los Conceptos nos ayudan a tomar decisiones adecuadas cuando otros están involucrados. Es por eso que son tan valiosos cuando podemos llevarlos a nuestra casa o vida laboral.

Cada uno de ellos, es de gran profundidad y riqueza en su contenido. Sin embargo, es mi deseo compartir la experiencia con algunos aspectos de cada uno, lo que me facilitó su aplicación y entendimiento. El contenido de este escrito, no compromete ni representa a ninguna hermandad de Doce Pasos en particular. Sólo es un compartir de experiencia, fortaleza y esperanza a la luz del Legado Espiritual de Los Conceptos.



No han sido pocos los eventos en nuestra vida en que hemos cumplido con las responsabilidades de otros. Nuestro rasgo de codependencia por el contagio familiar por alcoholismo u otras adicciones, nos ha llevado a extraviar la línea de la responsabilidad y de la autoridad.

Se hubiese esperado que fuesen nuestros padres quienes fueran el modelo de una sola dirección a la hora de ser autoridad y ser responsables de la familia. Sin embargo, embebidos en su propia problemática descuidaron un aspecto importante: la claridad a la hora de asignar responsabilidades y sobre todo, la claridad de la autoridad del que la asignaba.

Es muy común tener problemas con modelos de autoridad habiendo convivido con el alcoholismo activo de un ser querido. Con una idea tan difusa de ella, es imposible que en nuestra vida adulta, no choquemos con las ordenes asignadas por un jefe o un superior.

A la menor oportunidad estamos discutiendo sobre la validez o invalidez de las instrucciones impartidas, o si la persona está o no en capacidad para hacerlo. Pretendiendo por supuesto ocupar ese lugar porque consideramos saber lo suficiente o más que aquel que nos ordena.

El haber escuchado un si y un rato mas tarde un no, creó confusión en nuestra cabeza, pues al final tuvimos que tomar nuestra propia decisión sin consultarla. Lamentablemente ese patrón de conducta se quedó arraigado en nuestro pensamiento y ahora nos cobra caro en las relaciones de trabajo, en las relaciones personales o en las relaciones con la familia.

No sobra decir que esa contradicción de decisiones en las figuras de autoridad de una familia, crea el espacio suficiente para que los hijos al final se salgan con la suya y no se acojan a las normas, argumentando el si o el no que uno u otro de los padres ha pronunciado.

Encargar tareas, sin la suficiente claridad de tiempos de entrega, quién se encargará de recibirlas y en qué condiciones, abre la puerta a los malentendidos, a la usurpación de funciones y a la contradicción con otros compañeros.

La doble dirección siempre creará caos y confusión, además de angustia y miedo por los resultados. Es por eso que debemos comunicar de una manera explícita, concisa y clara lo que cada persona debe hacer en cualquier medio en el que nos encontremos, ya sea laboral o personal.

Aceptar las normas de nuestros jefes o superiores, informarles directamente y evitar pasar por encima de su autoridad pretendiendo modificar sus ordenes a propio criterio, nos evitarán muchos dolores de cabeza y a lo mejor un despido. Seguir el conducto regular es la táctica más confiable en estos casos,

Evitar llenar espacios que no nos corresponden, preguntar sobre aquello que debemos realizar, aclarar las funciones inherentes a nuestro cargo, ayudará no sólo a mejorar las relaciones con nuestros compañeros, sino a evitar un cúmulo de resentimiento que saldrá a flote en el momento en que nos demos cuenta que estamos sobrecargados y llenos de estrés.

Existe sólo una autoridad fundamental para regir nuestra vida: Un Dios bondadoso que está presente
a cada instante brindándonos su apoyo y amor. Es nuestra responsabilidad aceptarlo y confiarle nuestra vida en forma incondicional.


Que la serenidad y la paz, te acompañen a lo largo del camino, siempre.


Anny L
















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