miércoles, 2 de enero de 2013

Duodécimo Paso





El Paso Doce, contiene tres ideas principales:

Un despertar espiritual.
Pasar el mensaje.
Aplicar los principios espirituales en todas nuestras acciones.


Un despertar espiritual

Para mí, un despertar espiritual  es haber podido al fin experimentar el lado claro de la vida. Sabiendo que vivimos en un mundo dual en donde no existe arriba sin abajo, izquierda sin derecha, frío sin calor, no comprendía  por qué vivía únicamente el “lado oscuro de la vida” y contemplaba lejano y distante el “lado iluminado de la vida”.

Siempre pensé que sólo podrían acceder a ese lado maravilloso de paz, serenidad, alegría, gozo, plenitud,  otro tipo de personas, tal vez con más dinero o mejor posición económica que yo, o que tuvieran algún conocimiento especial, o que fueran de algún lugar en particular, o que hubiesen alcanzado algún logro para destacar. No se me pasó por la cabeza que llegar a vivir de esa manera fuera posible viviendo un programa espiritual. Es más, ni siquiera sabía que existía uno.

Entonces, se hizo cotidiano, habitual y normal, vivir en caos, crisis, sufrimiento, ansiedad, angustia, vergüenza, desesperanza, dolor, miedo y otros sentimientos que están del lado “oscuro de la vida”. Los aprendí, los repetí  innumerables veces hasta hacerlos parte de mi ser. Los enseñé, los heredé y trataba de mostrarle a cuanto personaje se acercara, cómo se vivía dentro de este mundo hostil, de manera adecuada.

Sin embargo, para que exista la oscuridad debe existir la luz. La una le da identidad a la otra. Y vivir el mundo oscuro hasta el extremo, hace que más temprano que tarde, brille la luz en nuestro interior, en nuestro exterior y en todas partes. Sólo rendirse al tocar fondo, abre la puerta al lado iluminado de la vida. Y la luz de la Vida cobra sentido y nos llena el corazón de emoción . 

Habiendo primero vivido en oscuridad y penumbra, en tristeza  y desesperación solo contemplar la posibilidad de ver algo distinto, una nueva opción, otra alternativa, en definitiva, la otra cara de la vida, sin la que había vivido por tanto tiempo, hace de la experiencia de un Programa Espiritual de Doce Pasos la mejor oferta.

Saber que la fuerza de un Poder Superior a mi, estaba, está y estará  disponible para mi amparo, para mi guía, para mi consuelo, para darme todo ese amor que anhelaba a cada instante, tranquiliza y reconforta el alma. Porque… finalmente, nunca estuve sol@.  La Vida y la Inteligencia Universal jamás han estado lejos de mi. En mi andar estaban mucho mas cerca de lo que los pude sentir. Experimentarlos ahora, a la distancia de un pensamiento de mí es ver que el milagro se ha realizado. Mis pensamientos han cambiado, mis palabras han cambiado y mis acciones han cambiado. Ahora experimento la totalidad de la Vida. Conozco ambos lados de la vida.


Pasar el mensaje

El mensaje es un mensaje de amor incondicional, de esperanza, de claridad, de equilibrio, de libertad, para conmigo y con los demás. 

El mensaje de que se puede vivir con calidad aunque la persona adicta de nuestra vida siga o no consumiendo.
Que mi imagen fué desfigurada por el alcoholismo y que por eso terminé creyendo de mí cosas horribles que llevé a cuestas por muchos años.
Que soy un SER valioso, de naturaleza espiritual y que mi valor no depende de mis logros.
Que sólo es una mera opinión aquello de que "no eres bueno para nada". Tengo muchos talentos y virtudes pero no siempre cumplo con las expectativas de los otros y así está bien.
Que me puedo encargar de mis propios asuntos, ser auto suficiente y asumir en control de mi vida.
Que no necesito ofrecerme como víctima ni manipular o suplicar para encontrar amor.
Que jamás voy a entender las razones por las que bebe un bebedor problema.
Que la forma como me tratan los demás no depende de mí sino de lo que llevan en su alma, en su corazón y en su historia.
Que mis padres hicieron lo que pudieron, con el conocimiento que tuvieron y las posibilidades que vivieron y que también tienen su propia historia.
Que no es cierto que todo gira a mi alrededor.
Que no soy dueñ@ absoluto de la verdad. Cada uno hace y vive la suya propia.
Que rendirse no es derrota sino dejar de luchar para aceptar ayuda.
Que sexo no es amor. Sexo es sexo y el amor... lo estoy aprendiendo.
Que no podré prescindir de los problemas. Pero que hay una mejor manera de encararlos.
Que sól@ no podré enfrentar las dificultades que se me presenten.
Que seré codependiente hasta el último de mis días, pero no moriré a su merced. Podré controlar mi enfermedad aplicando todos los Principios.
Que el alcoholismo no se cura. Se controla. Y eso depende únicamente de quien padece la enfermedad.
Que mi enfermedad al igual que el alcoholismo es progresiva y mortal. Así entre más rápidamente me comprometa con mi recuperación, mas posibilidades tengo de no dejarla avanzar.
Que mi labor en el mundo no es convencer a nadie de nada. Sólo dar mi opinión y sólo si me la piden.
Que una recuperación fortalecida se basa en reuniones. literatura, y padrino.
Que ser hij@ de un padre alcohólico, también tiene cosas positivas.
Que tengo derecho a equivocarme, a decir NO, a decir SI, a cambiar de opinión, a preguntar, a expresar mis gustos y mis ideas, a elegir, a sentir, a pensar, a hablar, y los demás tienen el mismo derecho.
Que no es verdad que haya sido "loc@". Simplemente no tuve límites, nadie los conocía y aún me cuesta ponerle límites a los demás.
Que la culpa y el sufrimiento no sirven, pero que quedas atrapado en ellos si los mantienes vivos recordando todo el tiempo el pasado, olvidándote del presente.
Que el amor más grande es el de Dios y después el amor por mi mism@.
Que el mayor veneno emocional se llama resentimiento, pero que puedes prescindir de él.
Que el antídoto para el miedo es la fe.
Que las relaciones con otros mejoran cuando la relación con uno mismo mejora.
Que los demás me tratan según como yo me trate.
Que sólo podemos atraer a los iguales.
Que...

Hacen falta palabras y faltaría espacio para trasmitir todo el mensaje que un Programa de Doce Pasos nos regala a través de sus principios espirituales. Muchos sentimientos no se pueden poner en palabras tampoco. Sólo la experiencia de vivirlo hace que también a través de nuestros gestos, nuestra mirada, nuestro actuar, se trasmita el mensaje.


Aplicar los Principios Espirituales en todas nuestras acciones.

Muchos de los que llegamos un día por problemas de alcohol de algún familiar o amigo, hoy ya estamos lejos de su influencia. Sin embargo sus efectos nos acompañan a través de nuestra vida y con la ayuda de los principios espirituales, podemos llevar una vida con serenidad y paz.

No obstante, diversas situaciones ajenas al alcoholismo, hoy están también presentes. Duelos, pérdidas, hijos ya adultos, divorcios, quiebras económicas, cambio de vivienda, deudas, cambio de lugar de trabajo, cesación del trabajo, menopausia, viajes, vivir y dejar vivir, son buenos ejemplos de dificultades en las que un Programa de Recuperación nos puede dar la mano para no hacernos la vida ingobernable.

El Programa nos invita al progreso no a la perfección. A medida que vayamos trabajando en nuestros defectos de carácter y en nuestras necesidades emocionales, iremos descubriendo nuevos aspectos de nuestro interior que también requieren de nuestra atención. Así ya el Programa deja de ser el apoyo para una situación de alcoholismo en particular y se convierte en un estilo de vida.

Cambiar nuestros viejos hábitos de enfermedad por los hábitos sanos de un Programa de Doce Pasos, mejorar nuestro contacto consciente con Dios y poner regularmente nuestra vida y todos nuestros asuntos en Sus manos para que nos muestre Su voluntad y nos dé las fuerzas para cumplirla, hace que todas las áreas de nuestra vida se mantengan sostenidas por una Fuerza más grande que yo, que seguramente podrá hacer por mi, aquello que no lograré con mi voluntad y mi fuerza.


"Llegaremos a comprender 
que ninguna situación es tan difícil 
que no pueda ser mejorada, 
y que ninguna infelicidad es tan grande 
como para no poder remediarla."
 (Viviendo con un alcohólico. Grupos de Familia Al-Anon Alateen)



Que la serenidad y la paz te acompañen a lo largo del camino, siempre.

ANNY L









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