domingo, 6 de diciembre de 2015

Cuarto Concepto - PARTICIPAR




Los Conceptos, son Principios Espirituales que hacen parte de los Legados de los Programas de Doce Pasos y ayudan en las relaciones de trabajo en las estructuras de servicio. Como parte de un proceso de recuperación personal, los Conceptos nos ayudan a tomar decisiones adecuadas cuando otros están involucrados. Es por eso que son tan valiosos cuando podemos llevarlos a nuestra casa o vida laboral.

Cada uno de ellos, es de gran profundidad y riqueza en su contenido. Sin embargo, es mi deseo compartir la experiencia con algunos aspectos de cada uno, lo que me facilitó su aplicación y entendimiento. El contenido de este escrito, no compromete ni representa a ninguna hermandad de Doce Pasos en particular. Sólo es un compartir de experiencia, fortaleza y esperanza a la luz del Legado Espiritual de Los Conceptos.



El Cuarto Concepto tiene que ver con PARTICIPAR.

A lo largo de todos los Conceptos, la invitación siempre es a aceptar que no podemos hacerlo todo solos. Y el Cuarto Concepto nos reitera esta idea con la participación.

Para que un grupo, sea familiar, de trabajo o de otra ìndole, se mantenga en armonía, en amabilidad y cooperación, todos sus miembros deberán participar de las actividades que el grupo proponga. Evitar que algún miembro participe abre las puertas a la discordia y al descontento. Si todos están unidos con un propósito común, todos tienen el mismo derecho a participar. Esto no quiere decir que se estará de acuerdo siempre con todas las propuestas. Pero el simple hecho de expresarlo, es una forma de participación.

Para poder participar activamente en un grupo, mi autoestima debe estar fortalecida, al punto de sentirme cómodo expresando alguna sugerencia o dando alguna idea. Si pienso todavía que lo que pienso no vale, que es mejor quedarme callado porque siempre "meto la pata", o que las opiniones de los demás son más importantes que las mías, pues no me atreveré jamas a participar en nada. Esto creará aislamiento y por ende una actitud de resentimiento frente a las decisiones finales que tome el grupo.  La mejor manera de sentirme satisfecho con los propósitos del grupo es participando en ellos.

Una vez que he solucionado los obstáculos con la autoestima, aparece el sentido de pertenencia.  No podré participar sinceramente en un grupo, si no tengo sentido de pertenencia o mi sentido de pertenencia es muy débil. Pensar y sentir que yo no tengo nada que ver con los demás o que no es mi problema lo que ocurra, me separan del grupo y al no pertenecer a él, pues no nacerá mi deseo de participar en nada.

En los grupos de autoayuda, el asistir una vez al mes o ir ocasionalmente, no enterarnos de las actividades planeadas o aparecer esporádicamente, no ayuda a crear un sentido de pertenencia. Estar presentes en el mayor número de reuniones, estar enterado de la programación mensual, conocer de cerca a los compañeros, ofrecer un servicio, es una muy buena manera para crear un sentido de pertenencia fuerte, que me permita participar con entusiasmo dentro y fuera del grupo.

No se podrá participar con agrado en un grupo al que siento que no pertenezco.

Una vez he decidido participar en el grupo, mi elección deberá ser actuar con responsabilidad en aquello a lo que me he comprometido o que me han encomendado. Participar no es simplemente decir "si" a todo lo que se proponga. Es decir SI con RESPONSABILIDAD puesto que el bienestar del grupo dependerá de que cada uno cumpla con la parte que va a realizar.  A veces nuestra emoción y estado de reacción nos lleva a comprometernos con más de lo que podemos, con labores para las que no tenemos habilidad, o a hacer algo en tiempos que no podemos, y al final no cumplimos responsablemente.  Hay que hacer un alto y pensar antes de hacer compromiso en el servicio y estar seguros de poder llevar a cabo aquello que asumimos, para no crear malestar e incomodidad en el grupo.

La participación no puede de ninguna manera convertirse en una manera de fiscalización y crítica a las actividades de los demás miembros. Entrar a prestar servicio para estar vigilando lo que hacen los demás, no va a ayudar a la armonía de las relaciones del grupo. Todo lo contrario. Las va a deteriorar cada vez mas. La participación es un compromiso para poder servir.

Una manera de trabajar el control, defecto de carácter que nos ha dejado el alcoholismo familiar, es participar de un grupo, pues allí aprendo a escuchar y a apoyar ideas diferentes a las mías. Ser un miembro más del grupo me da la oportunidad de dejar el poder de dominación al que uno termina volviéndose adicto. Saber que no estoy a cargo y que es el líder el que responde, me enseña que puedo confiar en otros y que seguramente saldrán bien las cosas de todas formas. Hacer parte de, me muestra que puedo relacionarme de igual a igual con mis compañeros, sin pretender estar por encima ni por debajo de ellos. Seguir instrucciones me invita a aceptar con humildad las indicaciones de otros, sin resentirme ni buscar revancha.

Participar ayuda a ir diluyendo la apatía a relacionarse con otros. Combate el estrés de asumir sólo una responsabilidad. Abre espacios de comunicación. Despierta la creatividad en todos aquellos que hacen parte. Incentiva y entusiasma a quienes están presentes. Da la sensación de ser útiles en una causa. Anima a los nuevos a atreverse a pertenecer al grupo. Es el mejor ejemplo de unidad.

El Cuarto Concepto nos hace ver que participar ayuda a crear lazos de amistad fuertes. Que es una oportunidad para conocer mis habilidades y las de los demás. Participar nos enseña a compartir el triunfo con otras personas y a enfrentar las dificultades hombro a hombro para aligerar la carga. Participar nos brinda la posibilidad de servir a los demás sin esperar retribución. Aprendemos a dar incondicionalmente y a sentir la satisfacción no sólo por nosotros mismos,  sino por todos los miembros del grupo.

El servicio es parte integral de una recuperación personal y la mejor manera de hacerlo es participando activamente. Porque es el momento de dejar atrás la victimización, la queja y el lamento y poner acción de la mano de otros que como yo, también desean una vida feliz, compartiendo lo mejor de ellos con aquellos a quienes aman.


Que la serenidad y la paz, te acompañen a lo largo del camino, siempre.


Anny L.








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