viernes, 22 de enero de 2016

Quinto Concepto - Derecho a ser escuchados







Los Conceptos, son Principios Espirituales que hacen parte de los Legados de los Programas de Doce Pasos y ayudan en las relaciones de trabajo en las estructuras de servicio. Como parte de un proceso de recuperación personal, los Conceptos nos ayudan a tomar decisiones adecuadas cuando otros están involucrados. Es por eso que son tan valiosos cuando podemos llevarlos a nuestra casa o vida laboral.

Cada uno de ellos, es de gran profundidad y riqueza en su contenido. Sin embargo, es mi deseo compartir la experiencia con algunos aspectos de cada uno, lo que me facilitó su aplicación y entendimiento. El contenido de este escrito, no compromete ni representa a ninguna hermandad de Doce Pasos en particular. Sólo es un compartir de experiencia, fortaleza y esperanza a la luz del Legado Espiritual de Los Conceptos.



La idea central del Quinto Concepto es ESCUCHAR.

Un Concepto que parecería innecesario, pues escucharnos el uno al otro debería ser parte de nuestra naturaleza y elemento central de nuestra comunicación.  Sin embargo, es necesario que aparezca como herramienta para nuestra recuperación, porque al haber vivido en una familia con Alcoholismo, a algunos se les ha olvidado y otros nunca aprendimos a ESCUCHAR.

Los gritos, la volumen alto, o por el contrario el silencio castigador y la indiferencia, se fueron convirtiendo en nuestros patrones de hablar con otros o de demostrarles nuestros sentimientos, y nuestras relaciones se fueron poniendo cada vez mas tensas debido a que no sabemos ESCUCHAR.

Por ejemplo, viviendo en una familia disfuncional, hemos aprendido a hacer muchas preguntas. Y curiosamente también aprendimos a resolvernos nosotros mismos esas preguntas basándonos en suposiciones, hechos anteriores, informes de la vecindad o mejores amigos, o tratando de adivinar el futuro o el pasado. Así por ejemplo, a la pregunta "¿Dónde estabas?, sigue la respuesta "Con sus amigotes, claro!!!". Y acaso hay forma en que el otro dé las respectivas explicaciones y sea escuchado?

¿Cuántas veces nos hemos quejado de que el alcohólico de nuestra vida no dice nada, pero no nos damos cuenta de que cada vez que intenta hablar, le decimos que se calle, que nos deje hablar, o que ya va empezar con sus mentiras y no lo dejamos pronunciar palabra?

¿Por qué cuando somos varios en una reunión y se plantea un tema, uno se toma la palabra y habla y habla sin parar, sin dejar espacio para que los demás participen, den su punto de punto de vista y los puedan escuchar? Y lo peor es que se justifica a sí mismo diciendo "es que me gusta hablar mucho" pero no reconoce que el tema es que no le gusta ESCUCHAR.

¿Qué pasa con nuestra comunicación cuando alguien nos interrumpe una y otra vez, sin dejarnos terminar la idea y sin permitirnos expresar nuestro pensamiento? ¿Qué pasa cuando el que interrumpe sin cesar, soy yo? Con estos patrones de comportamiento, no podremos ESCUCHAR jamás.

¿Y el caso en que llega uno a contarle algo a alguien con interés y vehemencia y a la mitad de la conversación pone otro tema que no tiene nada que ver con lo que le estoy contando? No ha escuchado nada de lo que dije. ¿Identifico este comportamiento en mi?

Si mentalmente ya le estoy resolviendo al otro cuanto se le ha ocurrido contarme, ¿a qué hora lo he escuchado honestamente? Y sin haberlo escuchado es imposible hacer una sugerencia honesta.

Cuando estoy permanentemente preocupado en completar las frases de los demás o de redondear sus ideas o de ir dando explicaciones a lo que quiere decir, tampoco me estoy dando la oportunidad de ESCUCHARLO sinceramente.

Estar distraídos con nuestra mente haciendo divagaciones y no estar atentos a lo que otros nos dicen, nos priva de la oportunidad de ESCUCHAR,

Y si no sabemos ESCUCHAR a los demás, ¿podremos ESCUCHAR a Dios?

Este Quinto Concepto nos invita a revisar la forma en que escuchamos a los demás. Nos dice que es un DERECHO que tenemos todos. Derecho que muchas veces pasamos por alto o ignoramos deliberadamente en medio de la arrogancia de nuestro control, de nuestro miedo a no querer escuchar opiniones diferentes y a veces, nuestro miedo a escuchar la verdad.

Aceptar las diferencias, ejercer el derecho a no estar de acuerdo, a tener un punto de vista diferente y poder expresarlo sin temor a juicios o represalias, es parte de la riqueza de este Quinto Concepto.

ESCUCHAR NO ES ESTAR DE ACUERDO. Muchas veces no escuchamos a los demás porque hemos pensado que eso significa estar de acuerdo con el otro. Para poder decidir estar de acuerdo o no, primero hay que escuchar. Las ideas se plantean, se escuchan, luego se analizan y al final se toma una decisión de estar o no de acuerdo. De esta manera, aún los puntos de vista opuestos, se pueden escuchar sin resentimiento y tomarlos como opciones que se recibirán o no, de acuerdo a las circunstancias, sin rechazar ni lastimar o excluir a aquellos que opinan diferente.

ESCUCHAR ES APRENDER. El lema dice "escucha y aprende". En un grupo de Doce Pasos, los demás tienen ideas valiosas sobre nuestro problema común que podrían llegar a ser soluciones para mi. Tienen otros puntos de vista que tal vez no he contemplado y que podrían servirme. Tienen ejemplos de vida que compartir con los que puedo tomar decisiones. Pueden darme la oportunidad de ver las cosas con otra perspectiva. Comparten su experiencia, fortaleza y esperanza para ayudarme en mi proceso. Si escucho con atención y abro mi mente, Dios estará presente en mi aprendizaje.

Escuchar es compartir, es darte a ti mismo de la manera más sincera, es ofrecer ayuda sincera y desinteresada, escuchar es hacer parte de la vida del que escuchas, es comprender cómo se vive en los zapatos de otros, escuchar es hacerte uno con el otro en el silencio de Dios.


Que la serenidad y la paz, te acompañen a lo largo del camino, siempre.



Anny L

















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