La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Médica Americana y la Sociedad Médica Británica han conceptuado que el alcoholismo es una enfermedad.
Es una enfermedad que se puede controlar pero no curar. Uno de sus síntomas es el incontrolable deseo de beber. Es progresiva y mortal y puede ocasionar la locura o la muerte. Es una enfermedad que afecta las relaciones de la familia y en general las relaciones con las personas que rodean al bebedor. Afecta a gente de toda condición social, de cualquier edad y afecta todas las áreas de la vida del alcohólico.
Los alcohólicos beben porque tienen un dolor emocional y recurren al alcohol para acabar con ese dolor. Sin embargo progresivamente se van haciendo cada vez mas dependientes de la sustancia desarrollando una obsesión por ella.
Cuando intentan dejar de beber por sus propios medios y sienten temblores, malestar, dolor en el cuerpo, nuevamente recurren a la bebida para aplacar estos síntomas. Esta es su adicción.
El alcohólico no puede parar después de su primer trago, lo que lo lleva a emborracharse por completo, aún cuando antes de empezar a beber hubiese expresado su deseo de no hacerlo. Esta es su compulsión.
Aún cuando su familia le dice que tiene problemas con la bebida, que sus amigos lo evitan para no lidiar con sus borracheras y que ha perdido varios empleos o le ha ocasionado problemas con la ley o de cualquier índole, niega enfáticamente que tenga algún problema. Esta es su negación.
El alcoholismo es una enfermedad física, mental y espiritual. Ocasiona deterioro interno de los órganos y quebrantos agudos de salud. Sus emociones y sentimientos también se afectan por la forma compulsiva de beber y convierte al licor en su "dios", descuidando y anulando su parte espiritual.
Las esperanzas de recuperación están en su capacidad para reconocer que necesita ayuda, su deseo de dejar de beber y la voluntad para admitir que por si mismos, no pueden lidiar con el problema. Alcohólicos Anónimos y su Programa de Doce Pasos se ha convertido a lo largo de los años en la mejor alternativa para controlar la enfermedad, aunque muchos alcohólicos también requieren tratamientos psiquiátricos o clínicas de internado.
Por ser una enfermedad no puede ser causada por la misma persona. Sin embargo es su obligación responsabilizarse de las consecuencias de padecerla y reparar los daños que cause cuando esté bajo la influencia del alcohol.
Tampoco es causada, controlada ni curada por ningún familiar o pariente cercano. Unicamente el alcohólico tiene en sus manos la decisión de buscar ayuda para esta enfermedad.
La literatura de los Grupos de Familia Al-Anon
para familiares y amigos de alcohólicos y
la literatura de Alcohólicos Anónimos
tiene extensa información sobre el tema
que es recomendable conocer de primera mano
y no la información distorsionada llena de mitos
que podemos encontrar en las calles.
Que la serenidad y la paz, te acompañen a lo largo del camino, siempre.
Anny L
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