viernes, 4 de abril de 2014

Identificando un problema




Aunque a veces nos resulta muy difícil identificar si alguien cercano a nosotros es o no alcohólico, nos es mucho mas difícil encontrar los síntomas de contagio que convivir con él nos ha causado.  Por años hemos visto que la forma en la que beben nuestros seres queridos termina transformando sus personalidades en gente agresiva, e iracunda, desfigurando la personalidad amable y apacible que los acompaña en el día a día y eso causa en los que los vemos, sentimientos de culpa, vergüenza, ansiedad, obsesión, angustia, ira y un deseo profundo e intenso de hacerlos cambiar para que no vuelvan a beber.

Nuestras emociones suben y bajan de acuerdo con el estado de ánimo del bebedor y la obsesión por su vida hace que la nuestra quede a un lado abandonada y descuidada haciendo a este ser querido el centro de nuestra vida, de nuestro ser y de nuestra persona.

Mentimos, manipulamos, prometemos, suplicamos, buscamos afanosamente en cualquier oferta la solución mágica para que "dejen de beber". Creemos en el fondo de nuestro corazón que si lo dejan, nuestros problemas terminarán, los pagos se empezarán a hacer cumplidamente, los hijos compartirán la mesa y seremos por fin la familia ideal con la que tanto hemos soñado. Nada mas lejos de realidad.  Es justo en este momento, en la crisis del no saber qué mas hacer, que nos damos cuenta que vivir nos duele, que estamos agotados, que por mas de que tratamos, la solución no llega y por el contrario cada día se agrava mas la convivencia. Es allí, en ese momento que comprendemos que nuestra vida se ha vuelto ingobernable y que todos los sentimientos que experimentamos se convierten en una muestra palpable de los síntomas de habernos contagiado por el alcoholismo de un ser querido. Es hora de buscar ayuda.


Que la serenidad y la paz, te acompañen a lo largo del camino, siempre.

Anny L




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