lunes, 25 de agosto de 2014

Secretos



Un secreto es la práctica de compartir información entre un grupo de personas, en la que se esconde información a personas que no están en el grupo. Define Wikipedia

Pero... ¿quiénes no estarían en el grupo? 

En una familia afectada por el contagio familiar por alcoholismo, estará fuera del grupo todo aquel que no conviva en el núcleo de esa familia. Así, amigos, tíos, primos, vecinos, hermanos y demás, no se enterarán de  lo que pasa en su interior y mucho menos de las relaciones que se mantienen allí.  Eso es SECRETO!!!!! y de ello no se habla, ni se comenta, ni se le cuenta a nadie.

Poco a poco el no hablar, no confiar y no sentir, título del libro de la Dra. Claudia Black quien ha hecho estudios sobre los sistemas familiares y desórdenes adictivos, y que escribe en el libro de Al-Anon "Cómo enfrenta Al-Anon el alcoholismo", se convierte en el patrón de comportamiento a seguir por todos los miembros de la familia, en especial los hijos.

Pasarán como secretos, golpes, abusos físicos y verbales, escasez de alimentos, deudas, hipotecas, enfermedades, adicciones. Disimulados todos por sonrisas fingidas, ropa de marca, el carro último modelo, colegios costosos o el simple "estoy bien" a la pregunta casual de ¿cómo estas?  Todo será permitido para ocultar a los ojos de cualquier curioso que desee averiguar mas de la familia.  Esa es la tarea difícil por la que tienen que pasar los directores de colegios y escuelas cuando aún viendo el semblante triste y decaído de un niño, escucha a sus padres decir que "todo va de maravilla en el hogar". Tarea difícil en las comisarías de familia cuando con la evidencia del golpe en la cara la respuesta que salta de inmediato es "rodé por las escaleras". Tarea difícil para los trabajadores sociales que han entrevistado al joven por sospecha de consumo de drogas y sus padres afirman que "nunca sale de la casa sin permiso y es muy juicioso".

Los secretos se convierten en aliados de la negación. Un mecanismo de defensa que si bien es cierto nos ayuda a rechazar el impacto doloroso de la realidad que podamos estar viviendo, nos impide enfrentarla adecuadamente para resolverla también adecuadamente. La negación en los niños es el único mecanismo de supervivencia con el que cuentan al nacer, crecer y vivir en familias adictivas. Sin embargo, al hacer de los secretos su modo de supervivencia, se exponen a fuertes castigos por divulgar a cualquier persona lo que sucede en su casa, quedando a merced de sus padres y hermanos sin protección alguna.

Frases populares como "primero muerto que descolorido", "en boca cerrada no entran moscas","la procesión va por dentro",  nos han reafirmado el no hablar sobre lo que nos está pasando, lo que muchas veces ha impedido que podamos buscar la ayuda necesaria. 

La vergüenza de confesar que hay un adicto o un alcohólico en la familia, el miedo al desprestigio en la comunidad, el miedo al rechazo de vecinos y amigos, hacen que los secretos se sigan manteniendo más y más firmes al interior de la familia, desconociendo que las adicciones son enfermedades físicas, mentales y espirituales que se pueden tratar en la luz y a la luz de médicos, psicólogos, psiquiatras y grupos de ayuda y que muy al contrario de lo que se piensa, no se solucionan en la oscuridad ni guardando el secreto dentro de las paredes de una casa o apartamento.






Los secretos no siempre son perjudiciales.  Hay algunas ocasiones en que para proteger la identidad, la seguridad o la cordura de alguna persona, sobre todo los niños, los secretos se deben dar.

Sin embargo, los secretos que nos fueron guardados en la infancia, es conveniente desvelarlos en nuestra edad adulta, para enfrentar situaciones en las que seguramente estamos involucrados. Un ejemplo de ello son las herencias, en las que deberán participar todos los herederos incluyendo los que hasta la fecha se desconocían.

Algunas veces, cuando los secretos son revelados, surgen sentimientos de culpa, vergüenza, ira, venganza, resentimiento, asombro o traición. Comprender que cada cual actúa en su momento con lo que sabe, con los medios con los que cuenta y que el pasado ya pasó pero que yo  puedo verlo de forma distinta, ayudará a poner lo evidente en su justa perspectiva.

Levantar la mano contra quienes nos hayan guardado secretos en el pasado no contribuirá a la solución serena de los conflictos. Pensar en las implicaciones que la nueva información trae al presente y cómo se le manejará adecuadamente, será el paso a seguir. Tomar decisiones coherentes con lo vivido hasta hoy, con la forma como se afectará la vida de todos los implicados, hará que pidamos ayuda a ese Dios de nuestro entendimiento para llevar a cabo lo más acertado.

Aceptar estilos de vida, partidas, más miembros en la familia, situación económica, son apenas unos de los retos que nos plantea el reconocimiento de los secretos. No siempre seremos niños; por lo que deberemos aprender a ver la realidad con lo bueno y lo malo. No solamente el lado amable y satisfactorio de la vida. Somos producto de algo mas grande: nuestra familia. Y de ella vienen cosas maravillosas, dones y talentos, fuerza y seguridad y también vienen secretos que debemos asumir de la mejor manera, evitando el mayor daño posible tanto para mí, como para todos los involucrados.


Hablar de los secretos en el ambiente propicio  y con las palabras justas, aminorará el impacto. Los grupos de ayuda cuentan con el recurso del anonimato que permite que pueda liberarme del peso de algún secreto. El padrino o madrina será en este caso el instrumento adecuado para expresar todo lo que los secretos han implicado hasta ahora para mi, y con su ayuda y a la luz de Principios Espirituales se podrá encontrar la forma de enfrentarlos.

Siempre es mejor hablar con la verdad. Pues ésta nos hace libres.




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